miércoles, 23 de enero de 2008

BOLETÍN DE EDUCACIÓN: "EL CACHALOTE" Nº 4 ENERO Y FEBREO 2008

VLADIMIR ILICH ULIÁNOV
Conocido como Lenin, nació el 22 de abril de 1870, en el seno de una familia típica de la intelectualidad rusa de fines del siglo XIX. Era el cuarto de los seis hijos habidos por llia Uliánov y María Alexandrovna Blank, quienes se habían establecido el año anterior a su nacimiento en Simbirsk, una ciudad de provincias pobre y atrasada, a orillas del Volga. El padre, un inspector de primera enseñanza, compartía las ideas de los demócratas revolucionarios de 1860 y se había consagrado a la educación popular, participando de la vida de los campesinos rusos confinados en la miseria y la ignorancia. La madre, de ascendencia alemana, amaba la música y seguía de cerca las actividades escolares de sus hijos.
Lenin seguía el ejemplo de su hermano mayor, era un muchacho perseverante y tenaz, un alumno asiduo y metódico que obtenía las mejores notas y destacaba en el ajedrez. A los catorce años comenzó a leer libros «prohibidos» -Rusia vivía entonces bajo la más negra represión y la lectura de los grandes demócratas era considerada un delito-.
El 1 de marzo de 1887, un grupo de jóvenes nihilistas intentó acabar con la vida del zar. El atentado fracasó y los terroristas fueron apresados. Entre los condenados a muerte figuraba Alexander Uliánov, el hermano mayor de Lenin. Al enterarse por la prensa de que el grupo había sido ahorcado en San Petersburgo, éste recibió una impresión indeleble, que con el tiempo se transformaría en la más firme y decidida oposición al zarismo. Pero ya entonces, con la lucidez de un visionario, resumía la situación en esta frase de condena a los métodos del terrorismo individual: «Nosotros no iremos por esta vía. No es la buena».
En esa época Lenin abandonó la religión, pues, como diría más adelante, la suerte de su hermano le «había marcado el destino a seguir». En Kazán inició sus estudios de derecho en la universidad imperial, uno de los focos de mayor oposición al régimen autocrático. El mismo año de su ingreso, 1887, fue detenido por participar en una manifestación de protesta contra el zar. Cuando uno de los policías que lo custodiaban le preguntó porqué se mezclaba en esas revueltas, porqué se daba cabezazos contra un muro, a lo que respondió: «Sí, es un muro, cierto, pero con un puntapié se vendrá abajo».
Expulsado de la universidad, se dedicó por entero a las teorías revolucionarias, comenzó a estudiar las obras de Marx y Engels directamente del alemán, y leyó por primera vez El capital, lectura decisiva para su adhesión al marxismo ortodoxo. Ya en sus primeros escritos defendió el marxismo frente a las teorías de los "naródniki", los populistas rusos. En mayo de 1889 la familia se trasladó a la provincia de Samara, donde, después de muchas peticiones, Lenin obtuvo la autorización para examinarse en leyes como alumno libre. Tres años después se graduó con las más altas calificaciones y comenzó a ejercer la abogacía entre artesanos y campesinos pobres.
Abogado sin pleitos, Lenin se inscribió en las listas de instructores de círculos obreros, llamados «universidades democráticas». Organizó bibliotecas, programas de estudio y cajas de ayuda con el objetivo de enseñar los métodos de la lucha revolucionaria, para formar así cuadros obreros, propagandistas y organizadores de círculos socialdemócratas, con miras a la formación de un futuro partido. Para ello necesitaba contar con el apoyo de los grupos marxistas emigrados, dirigidos por Grigori Plejánov, y en abril de 1895 viajó al extranjero, decidido a estudiar el movimiento obrero de Occidente. Pasó unas semanas en Suiza, luego visitó Berlín y París, donde tuvo como interlocutores a Karl Liebknecht y Paul Lafargue
En Siberia, Lenin terminar de redactar su primera obra fundamental, El desarrollo del capitalismo en Rusia, en la que sostiene que el país semifeudal avanza decididamente hacia el capitalismo industrial.
Después de casi mil días en Siberia, a poco de comenzar el siglo y con treinta años de edad, Lenin comenzaba su primer exilio en Suiza. Allí, reunido con Martov, publicaron el periódico socialdemócrata de alcance nacional “Iskra” (La Chispa), el 21 de diciembre de 1900, con una editorial de Lenin encabezando la primera página. En su paso por Munich y Ginebra se convirtió en el líder de los marxistas rusos, sobre todo después de la publicación del libro ¿Qué hacer?, una de sus obras más importantes, en la que reclamaba la necesidad de una organización de revolucionarios profesionales y sintetizaba la idea del partido como vanguardia de la clase obrera.
Fue justamente la polémica desatada en torno a cómo estructurar el partido lo que provocó profundas divergencias en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso inaugurado por Plejánov en julio de 1903. En él se consumó la ruptura entre Martov y Lenin. Desde entonces los partidarios de este último se llamaron «bolcheviques», por mayoría frente al grupo de los «mencheviques», minoritarios.
En marzo de 1912 aparece el primer número de Pravda (La Verdad), diario obrero que Lenin dirigía desde el exterior y que pronto gozó de una gran difusión. Así, mientras las grandes potencias ultimaban sus preparativos para la primera conflagración mundial, entre los proletarios rusos crecía la influencia de Lenin.
A través del Pravda, Lenin publicaba sus «Cartas desde el exilio», con instrucciones para avanzar en la revolución, aniquilando de raíz la vieja maquinaria del Estado. Ejército, policía y burocracia debían ser sustituidos por «una organización emanada del conjunto del pueblo armado que comprenda sin excepción todos sus miembros».
Escribió la obra que con el tiempo sería calificada de utopía leninista, El Estado y la revolución, por su concepción del Estado como aparato de dominación burguesa, destinado a desaparecer tras la etapa transitoria de la dictadura del proletariado y el advenimiento del comunismo.
El 2 de octubre, Lenin volvió a entrar clandestinamente en la capital rusa. El día 7 estallaba la insurrección y las masas asaltaban el palacio de Invierno. Al día siguiente era nombrado jefe de gobierno y lanzaba su famosa proclama a los ciudadanos de Rusia, a los obreros, soldados, campesinos, ratificando los grandes objetivos fijados por la revolución: construir el socialismo en el marco de la revolución mundial y superar el atraso de Rusia.
El reto más grande de la revolución pasó a ser entonces la reconstrucción económica de Rusia, tarea que Lenin se propuso encarar a través de la NEP (nueva política económica), que detuvo las expropiaciones campesinas y supuso una apertura hacia una economía de mercado bajo control.
Lenin concretó en 1919 su viejo sueño de fundar una nueva Internacional. En su opinión, el destino de Rusia dependía de la revolución mundial, y en especial del futuro del movimiento llevado adelante en Alemania por los espartaquistas.
A finales de 1921, la salud de Lenin se vio gravemente afectada. En marzo del año siguiente asistió por última vez a un congreso del partido, en el que fue elegido Stalin secretario general de la organización.
El 21 de enero de 1924 una hemorragia cerebral acabó con su vida. Fue embalsamado y depositado en un rico mausoleo de la plaza Roja. La lucha contra el Lenin de carne y hueso no había hecho más que comenzar.

Fragmento extraído de “Biografías” http://www.educacion.pcchile.cl/

1 comentario:

Célula Huelén dijo...

Compañeros muy buieno su blog, los invito a revisar nuestro blog http://celulahuelen.blogspot.com para poder compartir actividades y nuestros boletines, espero nos podamos encontrar en el ciber espacio

celulaluisemiliomendozav@gmail.com

celulaluisemiliomendozav@gmail.com
Contra el Neoliberalismo