El Partido Comunista de Chile y el Centro de Estudios Militares y de Seguridad “Michael Nash Sáez” entregaron una declaración con motivo de la conmemoración de las glorias del Ejército.
César Quiroz, del Comité Central del PC y Javier Albornoz, del centro de estudios, leyeron en La Chingana de los Abrazos el siguiente documento:
“En un nuevo aniversario patrio y en particular la conmemoración de las glorias de nuestro Ejército y sus fuerzas armadas, el Partido Comunista les saluda, sin embargo, es necesario instalar algunas ideas de mediano y largo alcance para profundizar nuestra democracia respecto del papel y áreas de influencia de los institutos armados por una parte y el rol del Estado en la nueva organización de la defensa nacional por otra.
No podemos obviar, en el rol de la seguridad interna, el alcance de las ideas que están detrás. No es posible que una democracia imperfecta pueda mejorarse si un sector político le impone al gobierno la lógica de combate y represión por parte de las instituciones que deberían resguardar la paz y la tranquilidad de todos los chilenos sin distinción.
Aquellos sectores, tanto de la derecha y de la Concertación, que pujan por mayor recorte de las libertades individuales y colectivas deberían revisar sus posturas y entender que una democracia no se defiende a punta de lacrimógenas y balas. Que se impulse la discusión de una doctrina de defensa democrática que incorpore la opinión de los distintos actores; que promueva el cambio en las hipótesis de conflicto; terminar con el discurso subliminal de “garantes de la unidad nacional” o “alma nacional” cambiándolos por fuerzas armadas del pueblo en el siglo XXI.
Que el presupuesto de las fuerzas armadas se defina de acuerdo a las necesidades de garantizar la seguridad energética, protección de la biodiversidad y por la integración latinoamericana. Que la ley reservada del cobre se elimine y los recursos que se obtienen, destinarlos a la ampliación del gasto social, a proteger a los más excluidos, a los más pobres.
Por lo tanto, debemos trabajar para que se aumente el royalty a las empresas transnacionales mineras y que éste ingrese al presupuesto general de la nación destinando fondos a las fuerzas armadas según necesidades político estratégicas que signifique invertir en equipamiento y mejoramiento del material técnico militar.
Revisar la lógica del Servicio Militar Obligatorio y apuntar a que se convierta en parte del cuadro permanente de las fuerzas armadas, profesionalizándolo. Estudiar la reorganización de las fuerzas armadas buscando la creación de un escalafón único que permita pasar de suboficial a oficial, terminando con la segregación y exclusión al interior de las ramas.
Trabajar por la constitución de una contraloría social que nos permita fiscalizar las acciones de los institutos armados y proponer cambios a éstos, ampliando a la sociedad civil más poder de decisión sobre temas estratégicos.
Proponer al ministerio de Educación y Defensa la creación de la beca “Miguel Nash Sáez” para alumnos brillantes de sectores populares que deseen hacer de la vida militar su opción profesional”, indica finalmente la declaración del PC.
César Quiroz, del Comité Central del PC y Javier Albornoz, del centro de estudios, leyeron en La Chingana de los Abrazos el siguiente documento:
“En un nuevo aniversario patrio y en particular la conmemoración de las glorias de nuestro Ejército y sus fuerzas armadas, el Partido Comunista les saluda, sin embargo, es necesario instalar algunas ideas de mediano y largo alcance para profundizar nuestra democracia respecto del papel y áreas de influencia de los institutos armados por una parte y el rol del Estado en la nueva organización de la defensa nacional por otra.
No podemos obviar, en el rol de la seguridad interna, el alcance de las ideas que están detrás. No es posible que una democracia imperfecta pueda mejorarse si un sector político le impone al gobierno la lógica de combate y represión por parte de las instituciones que deberían resguardar la paz y la tranquilidad de todos los chilenos sin distinción.
Aquellos sectores, tanto de la derecha y de la Concertación, que pujan por mayor recorte de las libertades individuales y colectivas deberían revisar sus posturas y entender que una democracia no se defiende a punta de lacrimógenas y balas. Que se impulse la discusión de una doctrina de defensa democrática que incorpore la opinión de los distintos actores; que promueva el cambio en las hipótesis de conflicto; terminar con el discurso subliminal de “garantes de la unidad nacional” o “alma nacional” cambiándolos por fuerzas armadas del pueblo en el siglo XXI.
Que el presupuesto de las fuerzas armadas se defina de acuerdo a las necesidades de garantizar la seguridad energética, protección de la biodiversidad y por la integración latinoamericana. Que la ley reservada del cobre se elimine y los recursos que se obtienen, destinarlos a la ampliación del gasto social, a proteger a los más excluidos, a los más pobres.
Por lo tanto, debemos trabajar para que se aumente el royalty a las empresas transnacionales mineras y que éste ingrese al presupuesto general de la nación destinando fondos a las fuerzas armadas según necesidades político estratégicas que signifique invertir en equipamiento y mejoramiento del material técnico militar.
Revisar la lógica del Servicio Militar Obligatorio y apuntar a que se convierta en parte del cuadro permanente de las fuerzas armadas, profesionalizándolo. Estudiar la reorganización de las fuerzas armadas buscando la creación de un escalafón único que permita pasar de suboficial a oficial, terminando con la segregación y exclusión al interior de las ramas.
Trabajar por la constitución de una contraloría social que nos permita fiscalizar las acciones de los institutos armados y proponer cambios a éstos, ampliando a la sociedad civil más poder de decisión sobre temas estratégicos.
Proponer al ministerio de Educación y Defensa la creación de la beca “Miguel Nash Sáez” para alumnos brillantes de sectores populares que deseen hacer de la vida militar su opción profesional”, indica finalmente la declaración del PC.
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