Cuando restan apenas ocho semanas para la elección municipal, todos quienes tienen una identidad de izquierda deben con urgencia reconocer lugar para vivir intensamente y entregar su aporte en la batalla que se resolverá el 26 de octubre próximo.
En el año del Centenario de Salvador Allende, subrayamos que el allendismo es organización, es construcción de conciencia, es movilización para protagonizar las páginas que uno quiere escribir para sí mismo y para los suyos, para hoy y para el futuro. Es aquí donde alcanza toda su dimensión el mensaje universal de Salvador Allende, en una convocatoria amplia y urgente a quienes somos luchadores hoy, a entregar activamente la cuota que a cada uno le toca para abrir “las anchas alamedas por donde pase el hombre libre” construyendo su destino.
Lo hacemos, en un escenario político electoral connotado por nuevos factores. En primer lugar, una elección que por primera vez presenta cinco listas nacionales. Se ha sumando una cuarta lista, que es la segunda de la Concertación; se ha sumando una quinta lista, que es una escisión de la Concertación, nominada PRI. Y el solo hecho que haya cinco listas nacionales, sin contar que en muchas comunas habrá además candidatos independientes, se traduce en que la cifra repartidora con la cual se va a elegir concejales, tendrá un umbral de votos menor. Significa que estamos más cerca de incorporar a los concejos municipales a muchos dirigentes de izquierda, que en la elección anterior, por poco, no alcanzaron a integrarse. Esto le hará muy bien al municipio, a su gestión y transparencia, pero además es vital para el fortalecimiento de la Alternativa que estamos empeñados en construir.
Junto a esta situación favorable desde el punto de vista estrictamente electoral, que motiva a extremar los esfuerzos y concentrar el trabajo para lograr una mayor cantidad de votos y aumentar el número de concejales, también en esta ocasión se abre la oportunidad de elegir más alcaldes en todo el país.
Una parte sustantiva de esta posibilidad se da como resultado del acuerdo por omisión y de mutuo apoyo entre la Concertación y el Juntos Podemos Más, pero también estará presente sin duda que nuestros candidatos a alcaldes se presentan frente la comunidad con un mensaje muy claro, muy directo, y que puede ser refrendado fácilmente por la comunidad: Lo que dijimos y denunciamos cuatro años antes, es lo que vivimos durante los cuatro años recién pasados; lo que propusimos como solución hace cuatro años es lo que se abre paso hoy día para resolver los problemas de la comuna”.
Hablo de que la coherencia, la consistencia, la capacidad política de quienes están ejerciendo el liderazgo popular como candidatos de la izquierda en muchas comunas, queda validada por la confrontación con la realidad y eso sin duda va a ser ratificado con un respaldo electoral superior.
Pero todas estas condiciones positivas pueden ser escamoteadas, pueden ser neutralizadas si no media una posición activa y organizada de ir a la conquista de las conciencias, de esclarecer a nuestras vecinas y vecinos de por qué ésta es la propuesta que mejor los interpreta. Y es este un desafío concreto, diario y urgente que interpela lo más profundo de nuestro compromiso como luchadores políticos, sociales, sindicales.
Esta elección nos demanda en tres dimensiones que forman una sola gran causa. En primer lugar, nos demanda en el plano estrictamente local. Aquí van a confrontarse distintos conceptos de municipio, donde nuestra propuesta es un municipio democrático, de amplísima y directa participación. Y no estamos diciendo participación para reducirla a lo que algunos creen es un mero ejercicio de la legítima libertad de expresión -que por cierto hay que cuidar y potenciar- sino a aquella participación con mayúscula, esa que garantiza la posibilidad de incidir decisivamente a la hora de determinar las políticas municipales.
En segundo término, los contenidos de nuestra propuesta estarán vinculados al medio ambiente y la calidad de vida de la comuna, a las necesidades y demandas planteadas por la comunidad en relación a las políticas sociales, a la salud y la educación; a una política de vivienda digna, en un barrio digno, así como a los grandes temas que tengan vinculación con la reforma municipal y que nos lleven a un municipio con participación real, con mayor cantidad de concejales y con más atribuciones.
Proponemos un municipio con un proyecto de desarrollo, que aborde con decisión el drama de la desocupación y el empleo precario, como también el de las alzas y la indefensión que siente la población frente a la pérdida del poder adquisitivo. Que lleve adelante políticas que canalicen esos problemas urgentes y se ponga a la cabeza de su solución.
Es inconcebible que en la contingencia actual el mensaje de un candidato a alcalde o concejal se desentienda de los niveles de carestía de la vida, de la solidaridad con los trabajadores o en la zona sur se desentienda de la política represiva del Estado contra las comunidades mapuche. Las causas que está librando hoy el movimiento popular deben ser y son parte de la batería de argumentos y la toma de posición de la lista de izquierda respecto a esos temas.
El Acuerdo por Omisión con la Concertación, que tiene como uno de sus propósitos principales golpear y aislar a la derecha pinochetista, le da otra categoría a esta batalla.Esta elección municipal forma parte de una verdadera cruzada nacional por la democratización para terminar con los enclaves dictatoriales aún vigentes y confrontar a la derecha reaccionaria que defiende estos enclaves e impide, no sólo terminar con la exclusión y garantizar la representación proporcional de cada corriente de opinión, sino también que se propongan y aprueben leyes poniendo en el centro el interés de las grandes mayorías del país y no sólo la ganancia de una ínfima minoría y fundamentalmente de las transnacionales.
Enfrentamos esta batalla desde la perspectiva de un gran movimiento democratizador que golpea la nueva “ley maldita” de la Constitución pinochetista, que se levanta contra la exclusión y convoca a construir una Alternativa para Chile apostando a que después del 26 de octubre, no sólo en lo que se refiere a la correlación de fuerzas en los futuros municipios, sino lo que quede en el alma y en la cabeza de los chilenos, sea la convicción de que dimos un gran paso adelante para recuperar plenamente la democracia en Chile.
En el año del Centenario de Salvador Allende, subrayamos que el allendismo es organización, es construcción de conciencia, es movilización para protagonizar las páginas que uno quiere escribir para sí mismo y para los suyos, para hoy y para el futuro. Es aquí donde alcanza toda su dimensión el mensaje universal de Salvador Allende, en una convocatoria amplia y urgente a quienes somos luchadores hoy, a entregar activamente la cuota que a cada uno le toca para abrir “las anchas alamedas por donde pase el hombre libre” construyendo su destino.
Lo hacemos, en un escenario político electoral connotado por nuevos factores. En primer lugar, una elección que por primera vez presenta cinco listas nacionales. Se ha sumando una cuarta lista, que es la segunda de la Concertación; se ha sumando una quinta lista, que es una escisión de la Concertación, nominada PRI. Y el solo hecho que haya cinco listas nacionales, sin contar que en muchas comunas habrá además candidatos independientes, se traduce en que la cifra repartidora con la cual se va a elegir concejales, tendrá un umbral de votos menor. Significa que estamos más cerca de incorporar a los concejos municipales a muchos dirigentes de izquierda, que en la elección anterior, por poco, no alcanzaron a integrarse. Esto le hará muy bien al municipio, a su gestión y transparencia, pero además es vital para el fortalecimiento de la Alternativa que estamos empeñados en construir.
Junto a esta situación favorable desde el punto de vista estrictamente electoral, que motiva a extremar los esfuerzos y concentrar el trabajo para lograr una mayor cantidad de votos y aumentar el número de concejales, también en esta ocasión se abre la oportunidad de elegir más alcaldes en todo el país.
Una parte sustantiva de esta posibilidad se da como resultado del acuerdo por omisión y de mutuo apoyo entre la Concertación y el Juntos Podemos Más, pero también estará presente sin duda que nuestros candidatos a alcaldes se presentan frente la comunidad con un mensaje muy claro, muy directo, y que puede ser refrendado fácilmente por la comunidad: Lo que dijimos y denunciamos cuatro años antes, es lo que vivimos durante los cuatro años recién pasados; lo que propusimos como solución hace cuatro años es lo que se abre paso hoy día para resolver los problemas de la comuna”.
Hablo de que la coherencia, la consistencia, la capacidad política de quienes están ejerciendo el liderazgo popular como candidatos de la izquierda en muchas comunas, queda validada por la confrontación con la realidad y eso sin duda va a ser ratificado con un respaldo electoral superior.
Pero todas estas condiciones positivas pueden ser escamoteadas, pueden ser neutralizadas si no media una posición activa y organizada de ir a la conquista de las conciencias, de esclarecer a nuestras vecinas y vecinos de por qué ésta es la propuesta que mejor los interpreta. Y es este un desafío concreto, diario y urgente que interpela lo más profundo de nuestro compromiso como luchadores políticos, sociales, sindicales.
Esta elección nos demanda en tres dimensiones que forman una sola gran causa. En primer lugar, nos demanda en el plano estrictamente local. Aquí van a confrontarse distintos conceptos de municipio, donde nuestra propuesta es un municipio democrático, de amplísima y directa participación. Y no estamos diciendo participación para reducirla a lo que algunos creen es un mero ejercicio de la legítima libertad de expresión -que por cierto hay que cuidar y potenciar- sino a aquella participación con mayúscula, esa que garantiza la posibilidad de incidir decisivamente a la hora de determinar las políticas municipales.
En segundo término, los contenidos de nuestra propuesta estarán vinculados al medio ambiente y la calidad de vida de la comuna, a las necesidades y demandas planteadas por la comunidad en relación a las políticas sociales, a la salud y la educación; a una política de vivienda digna, en un barrio digno, así como a los grandes temas que tengan vinculación con la reforma municipal y que nos lleven a un municipio con participación real, con mayor cantidad de concejales y con más atribuciones.
Proponemos un municipio con un proyecto de desarrollo, que aborde con decisión el drama de la desocupación y el empleo precario, como también el de las alzas y la indefensión que siente la población frente a la pérdida del poder adquisitivo. Que lleve adelante políticas que canalicen esos problemas urgentes y se ponga a la cabeza de su solución.
Es inconcebible que en la contingencia actual el mensaje de un candidato a alcalde o concejal se desentienda de los niveles de carestía de la vida, de la solidaridad con los trabajadores o en la zona sur se desentienda de la política represiva del Estado contra las comunidades mapuche. Las causas que está librando hoy el movimiento popular deben ser y son parte de la batería de argumentos y la toma de posición de la lista de izquierda respecto a esos temas.
El Acuerdo por Omisión con la Concertación, que tiene como uno de sus propósitos principales golpear y aislar a la derecha pinochetista, le da otra categoría a esta batalla.Esta elección municipal forma parte de una verdadera cruzada nacional por la democratización para terminar con los enclaves dictatoriales aún vigentes y confrontar a la derecha reaccionaria que defiende estos enclaves e impide, no sólo terminar con la exclusión y garantizar la representación proporcional de cada corriente de opinión, sino también que se propongan y aprueben leyes poniendo en el centro el interés de las grandes mayorías del país y no sólo la ganancia de una ínfima minoría y fundamentalmente de las transnacionales.
Enfrentamos esta batalla desde la perspectiva de un gran movimiento democratizador que golpea la nueva “ley maldita” de la Constitución pinochetista, que se levanta contra la exclusión y convoca a construir una Alternativa para Chile apostando a que después del 26 de octubre, no sólo en lo que se refiere a la correlación de fuerzas en los futuros municipios, sino lo que quede en el alma y en la cabeza de los chilenos, sea la convicción de que dimos un gran paso adelante para recuperar plenamente la democracia en Chile.
LAUTARO CARMONA SECRETARIO GRAL PC
No hay comentarios:
Publicar un comentario