lunes, 13 de agosto de 2007

FIDEL ARRIBA A SUS 81 AÑOS


Los que luchan todos los días...¡Felicidades Comandante!


Jorge Gómez Barata (Visiones Alternativas)


Querido y respetado por su pueblo y por millones de personas en todo el planeta, Fidel Castro arriba a sus 81 años de los que ha dedicado 60 a la lucha revolucionaria.
Por haber nacido en 1926, parte de su infancia se desenvolvió en el período reaccionario posterior a 1933 cuando, paradójicamente, la revolución de 1933 que derrotó al dictador Gerardo Machado, catapultó a Batista al poder; otra etapa fue vivida en medio del fervor originado por el enfrentamiento de los aliados a los nazis.
En medio de las tensiones de la lucha anti fascista, en 1940, con catorce años escribió una carta al presidente Roosevelt al que llamó: “Querido amigo”. A los 19 años ingresó en la Universidad de La Habana donde comenzaron sus luchas políticas. En 1950 se graduó de abogado.
Todavía en la Universidad, participó en comités pro independencia de Puerto Rico, se enroló en la llamada expedición de “Cayo Confites” para combatir en Santo Domingo y poner fin a la dictadura de Trujillo y tomó parte en la sublevación que en Colombia siguió al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, conocida como el Bogotazo.
Ex alumno de los colegios católicos de Lassalle, Dolores y de la Escuela de Belén, regida por los jesuitas, se formó en sólidos preceptos morales y en la ética cristiana que nunca ha desmentido. Uno de sus maestros escribió: “Tiene madera y no faltará el artista...” En la universidad se hizo revolucionario, martiano y socialista y se convirtió al marxismo. 81 años después, la matriz de su ideología permanece intacta.
En la universidad donde estudió el joven Fidel Castro, aunque se respiraban nostálgicos sentimientos antiimperialistas de otros tiempos y se recordaban glorias pasadas, imperaba el clima de corrupción que en todo el país habían impuesto los gobiernos oligárquicos, dependientes del imperialismo; el más miserable de ellos fue derrocado por el golpe de Estado de Batista el 10 Marzo de 1952.
Con su artera irrupción al poder Fulgencio Batista, se cerraron las vías democráticas; ante lo cual Fidel identificó a la lucha armada como su alternativa.
En la más absoluta clandestinidad, sin aparato organizativo ni respaldo financiero, comenzó el arduo proceso de crear las condiciones para enfrentar a la dictadura con las armas en la mano. Alrededor de 1200 jóvenes fueron captados y recibieron algún entrenamiento y con 160 de ellos, el 26 de Julio de 1953 asaltó el cuartel Moncada, dando inicio a la última etapa de la lucha del pueblo cubano por su liberación y por su independencia.
La acción fracasó; Fidel Castro fue apresado, juzgado y condenado a 15 años de cárcel, que no cumplió, gracias a la movilización popular que en 1955 logró la amnistía. Liberado marchó al exilio y en México reorganizó a sus compañeros y al frente de 82 de ellos desembarcó en Cuba el 2 de diciembre de 1956, para iniciar la guerra revolucionaria, que en 25 meses derrocó al tirano. Lejos de terminar la revolución, había comenzado.
Ninguna historia personal es más conocida en Cuba y ningún estadista ha tenido una vida tan transparente. Durante 48 años, cada día todos los cubanos saben que hace y que piensa Fidel. En más de medio siglo de esfuerzo y trabajo, nunca tomó vacaciones ni prescindió de su uniforme. Nadie pudo nunca verlo en una actividad frívola o banal. La lucha y el trabajo son sus elementos.
Parecería como si 60 años de consagración en la que enfrentó: conspiraciones para asesinarlo, cárcel, exilio, guerra, trabajo, traiciones y frustraciones y en los que también cosechó éxitos enormes y fue inmensamente feliz al frente de nuestro pueblo, no eran prueba suficiente para medir una vida, una voluntad y un carácter.
La adversidad, en forma de una dolencia física se abatió sobre Fidel, le impidió celebrar sus 80 cumpleaños y lo obligó a tomar un receso en su trabajo. Raúl, el hermano y el compañero de todas las batallas, se hizo cargo de sus tareas. La revolución no sólo no se detuvo, sino que avanza por nuevos caminos.
Cincuenta y cuatro años atrás, cuando era prisionero de un feroz dictador y reo ante un tribunal predispuesto a condenarlo, en histórico alegato que se convertiría en perla del optimismo revolucionario y en programa de la Revolución, Fidel Castro suscribió una profesión de fe que daría sentido a su vida: “Condenadme, no importa, la historia me absolverá”.
Habituado a luchar y resistir, sereno y firme enfrentó la enfermedad, convirtió el quirófano en campo de batalla e hizo de la recuperación su divisa. Su voluntad ha prevalecido. Está otra vez en la pelea. Ni una sola decisión importante le es ajena y mediante artículos periodísticos participa, conduce y orienta la Batalla de Ideas, la más crucial y trascendente de todas sus batallas.


Felicidades Comandante.

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