UN ACUERDO QUE ENERVA A LA DERECHA

A pocas horas de concretarse el acuerdo por omisión entre el Partido Comunista, la Izquierda Cristiana y el Partido Humanista con los partidos de la Concertación para las elecciones municipales, la derecha ha entrado en unos niveles de desesperación que no se veían en el país desde hace tiempo.La posibilidad cierta de que los sectores partidarios a ultranza de mantener la exclusión política y social sean desplazados del poder comunal ha desatado ira y desconsuelo entre pinochetistas y neoliberales. “El Mercurio” y sus adláteres pusieron el grito en el cielo hasta último momento, remarcando las obvias dificultades que hubo que vencer, subrayando las diferencias naturales e innegables frente las coincidencias de criterios que fueron mucho más allá de tal o cual comuna específica o de nombres de candidatos a alcaldes.Las fuerzas progresistas están cerrando filas en torno a la idea de abrir paso a una real democratización del poder municipal, logrando acuerdos que deben dar sus frutos en los comicios del 26 de octubre próximo. Sea en Pedro Aguirre Cerda, Estación Central, en Canela, Los Vilos o en cualquier otro lugar del país, lo importante es derrotar a los pinochetistas partidarios de la exclusión. Un hito en la historia del complejo proceso democratizador de Chile.A no olvidar tampoco que mientras hay acuerdo en candidatos a alcaldes en ciertas comunas, en el resto y a nivel de concejales, se compite en todo el país. El PC, el PH y la IC enfrentan así un desafío político de proyecciones aún ilimitadas.Ante esa instancia es a todas luces lamentable que todavía numerosos jóvenes se sigan restando y no participen en las contiendas electorales, dando ventajas a la derecha que organizadamente se inscribe y vota cuando corresponde en defensa de sus intereses. No está demás recordar que hasta el sábado 26 es posible todavía acudir a las Juntas Electorales para tener derecho a voto. Sin esta arma esencial de la democracia es imposible demandar participación y poder de decisión.La necesidad de reformas políticas –entre ellas la inscripción automática- y por cierto el cambio del sistema electoral, se erigen desde ya como objetivos inmediatos a conseguir si hablamos de mayor democratización en Chile.La conversión del actual poder comunal en genuinos gobiernos locales en lugar de meras administraciones –como hasta ahora- es otro de los imperativos mediatos que exige mayor participación de los vecinos y de las organizaciones sociales en las decisiones, los presupuestos y otras medidas a tomar en beneficio de las comunas.La derecha, horquillada por el acuerdo por omisión por una parte, y por la creciente e innegable ola de denuncias de corrupción en las alcaldías que hasta ahora encabezan, se parapeta hasta ahora tras el empresario y candidato presidencial Sebastián Piñera que tiene como paradigma a Alvaro Uribe, peón del imperialismo y tenaz represor del pueblo colombiano a través de la narcopolítica y del paramilitarismo como métodos de gobierno.Los aberrantes casos de irregularidades perpetradas por Carolina Plaza en Huechuraba, de Gonzalo Cornejo en Recoleta y de Pedro Sabat en Ñuñoa, entre otros, demuestran a las claras las prácticas puestas en marcha en las corporaciones edilicias a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional. Una situación que debe terminar en el futuro inmediato.El autor es periodista.

Fuente:Por Luis Jose Cordova. Crónica Digital