LA CUT TIENE LA PALABRA

Los trabajadores chilenos están perdiendo el temor y desafiando las amenazas y, pese a las habituales prácticas antisindicales de los grandes empresarios, en diversos ámbitos de la actividad laboral se extienden iniciativas para la formación de sindicatos y también de confederaciones para enfrentar unidos las políticas antiobreras.En este marco, las luchas de los trabajadores forestales –que costó la vida al joven Rodrigo Cisterna en Arauco- de los subcontratistas del cobre, de los salmoneros, de los temporeros, de la administración pública, y otros por establecer definitivamente una negociación colectiva a nivel ramal o interempresas, aparece como una conquista abordable en el futuro inmediato.El Octavo Congreso Orgánico de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) que se efectúa este fin de semana deberá contribuir con fuerza a afianzar estas posiciones.La Convocatoria se plantea claramente contra el modelo económico y social neoliberal y por construir un Estado social, democrático y solidario.Aún cuando se alzan voces que cuestionan el nivel de representación real de la Central, nadie puede desconocer que la CUT es la principal interlocutora del Gobierno y es reconocida como vocera de un amplio abanico de posiciones políticas, sociales e ideológicas a nivel nacional.Por su parte, la mal llamada “gran prensa”, pone el acento en las figuras dirigentes del movimiento insinuando falsos enfrentamientos generacionales y de otro orden respecto al actual presidente de la CUT Arturo Martínez (PS) con otras personalidades que hacen sus primeras armas en la lucha sindical, como Cristián Cuevas, de la flamante Confederación de Trabajadores del Cobre. Nada más lejos de la realidad, sobre todo considerando que las próximas elecciones de directiva de la central no tiene todavía ni fecha de realización y ni siquiera está claro el sistema de votación, que será probablemente debatido recién en este Congreso.En la actualidad, mientras los trabajadores explotados en las plataformas de los “call centres” se organizan; mientras las temporeras buscan unirse en los “packing”; los subcontratados en los supermercados y “mall”, todo indica que la ampliación de la base sindical contribuirá decididamente a hacer más fuerte la voz de los trabajadores con marcado acento soberano, popular y nacional.En medio de la actual ola de alzas, del rechazo a rebajar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de la oposición de la derecha y el empresariado a realizar una profunda reforma a la actual legislación laboral, está claro que la única salida es la organización, la unidad, el fortalecimiento sindical y el reforzamiento de las posiciones políticas, sociales, económicas e ideológicas de la principal central laboral del país.Mientras el gran empresariado y las transnacionales no dudan en enfrentar unidos cualquier asomo de reforma al sistema de trabajo, la llamada “flexibilidad laboral” y el término de los ”enganchadores” y otras perversiones, se hace más patente que cada trabajador tiene el deber de sumar inquietudes, pelar en conjunto y cerrar filas junto a cada sindicato y, donde no exista, contribuir a formarlo. Asimismo, al alcanzar un grado de maduración, se hace indispensable convocar a las organizaciones hermanas, para constituir confederaciones o federaciones que aporten calidad y cantidad al movimiento.El triste papel de la Dirección del Trabajo en el caso de Codelco enfrentado a lo subcontratistas y las reiteradas denuncias contra los inspectores que no fiscalizan debidamente las denuncias laborales con la agilidad que merecen, exige una campaña nacional por un nuevo Código Laboral que asegure y proteja a los trabajadores de la voracidad del capital en las actuales condiciones.Estas y otras cuestiones serán el meollo de las discusiones en el Congreso de la CUT, nada más alejado de un debate estéril, burocrático y desgastador. El término del miedo que invadió durante décadas a los trabajadores marca el inicio de nuevas etapas para la lucha en el campo laboral. La CUT tiene la palabra.

José Luis Cordova .Cronica Digital